Nunca se vive suficiente, nunca. Pero eso no conlleva querer vivir más, lo vivido lo vivimos a su debido momento. Poquito a poco crece nuestra brota, poquito a poco florece, nosotros estamos hechos de pedacitos de tiempo, de pedacitos de besos, de cariño, de pedacitos de cada día y de dedicación. Nos moldeamos y nos creamos en cada momento, conquistamos el mundo cada día, poquito a poco. No hay que correr para vivir ni vivir para correr.
Tampoco existe la prisa: Corre el lago vacío para llenarse: El lago quiere llenarse porque se encuentra vacío, quiere cambiar pero él solo se llena a través de la lluvia, la lluvia le enseña y le ayuda a madurar, a llenarse.
Por eso, aunque te sientas lago vacío no hay que tener prisa para salir de algunas situaciones o temporadas o malas rachas, no, deja que la lluvia te moje y obtén la experiencia necesaria para crecer entorno a la vida.
Una gran reflexión, así es la vida, y hay que aprender de los malos momentos, de los errores e ir paso a paso, despacito y con buena letra. de nuevo enhorabuena por tu reflexión!
ResponderEliminarTienes razón José!
EliminarUn abrazo! ^_^
A veces siento que el día no tiene suficientes horas. Gracias por tu reflexión, me gusto mucho, buscare no desperdiciar mis minutos.
ResponderEliminar¡Exacto! Y gracias a ti por comentar y leer. Un saludo :-)
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